Se realizó el Taller virtual: «Vinculación Universidad Empresa e industria 4.0»
Para pensar la vinculación universidad-empresa frente a los nuevos escenarios que plantean las industrias 4.0, el jueves 25 y el viernes 26 de agosto se llevó a cabo el Taller virtual: “Vinculación Universidad, Empresa e Industria 4.0”. El encuentro fue organizado en el marco del Foro Iberoamericano de Indicadores de Vinculación -una iniciativa del Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad (OCTS) de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT)- y contó con el apoyo de la Oficina Regional de Ciencias para América Latina y el Caribe de Unesco. Durante sus dos días de duración, la reunión contó con la presencia de más de 100 participantes, entre ponentes y público.
Iniciando el panel de apertura, Rodolfo Barrere, coordinador del OCTS y RICYT, describió el propósito que da fundamento al Foro, proyecto creado para ampliar el debate iniciado con la publicación en 2017 del Manual Iberoamericano de Indicadores de Vinculación de la Universidad con el Entorno Socioeconómico y que tiene más de 400 miembros registrados y un consejo de 14 expertos a nivel regional. “Cuando hablamos de producción de conocimiento, el papel de las universidades en América Latina es relativamente alto en comparación con otras regiones”, dijo Barrere. “Tres cuartas partes de las investigaciones en el continente se realizan en universidades. La contracara es que las empresas no hacen uso de ese conocimiento generado a nivel local, sino que innovan principalmente mediante la importación de bienes de capital. El objetivo del Foro es comprender las distintas aristas de esta problemática.” Ernesto Fernández Polcuch, director de la Oficina de UNESCO en Montevideo, destacó la importancia de defender el derecho a la ciencia y su acceso universal a través de la vinculación. “También es importante el uso del conocimiento para la toma de decisiones, tanto a nivel individual como institucional”, agregó. “Esto implica una reflexión sobre el futuro, especialmente cuando pensamos en el Sur global y el trabajo de desarrollo que todavía tenemos que realizar, una tarea que deberá contemplar las particularidades de nuestros países.”
Luis Scasso, director de la Oficina de OEI en Argentina, expresó que la mirada del organismo sobre la vinculación universidad-empresa es de naturaleza sistémica: “Hace tiempo que venimos constituyendo una mesa de trabajo con cámaras y empresas para reducir la brecha actual entre lo que ofrece el sistema educativo y las demandas del mercado de trabajo, una relación hoy tensionada por las innovaciones permanentes que se dan a nivel global”. Scasso también mencionó el trabajo de la Red Iberoamericana de Indicadores de Educación Superior (INDICES), cuya batería de indicadores muestra en términos estadísticos cuál es la realidad de muchos de los aspectos a tratar en el Foro. Discusiones del taller La línea de trabajo del Foro relacionada con la industria 4.0 nació de un texto de Mario Albornoz, investigador del Centro REDES y excoordinador del OCTS, quien propuso discutir los modos en que los cambios en el ámbito industrial han puesto a las universidades en una encrucijada. En su ponencia “Desafíos de la vinculación universitaria ante la industria 4.0”, Albornoz sugirió particionar el debate en revisiones individuales de una serie de conceptos. Es decir: qué se entiende por industria 4.0, por gestión de conocimiento y por competencia en el mercado de trabajo, lo que obliga a reflexionar sobre la tensión existente entre los seres humanos y las máquinas. “Si ciertas capacidades se vuelven obsoletas, el desafío es crear capacidades nuevas”, dijo Albornoz. “Esto involucra al sistema educativo entero. Las universidades deben evolucionar sin perder de vista la fluidez del proceso de transformación, ya que vivimos en dos velocidades. En países como los nuestros, donde las problemáticas son varias y algunas de ellas incluso más acuciantes, no podemos confundir el futuro con el presente.” Durante la mesa “El papel de la universidad frente al proceso 4.0: desafíos en la sociedad digital”, la moderadora Rosita Wachenchauzer presentó un proyecto iniciado en 2018 en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (UBA) para adaptar las carreras de ingeniería a las demandas de la industria 4.0, tanto en el currículo de las distintas carreras como en sus cursos de ingreso, a partir de planes de estudio que incorporen una actualización de temáticas como la ciencia de datos y el pensamiento computacional. Aunque todavía no hay acuerdo entre los claustros, informó Wachenchauzer, ya existe una ruta trazada para confeccionar los planes de cara al próximo año académico. La mesa siguió con las exposiciones de Tomás Arjovsky y Bautista Chesta -graduado en ingeniería informática y estudiante de ingeniería civil, respectivamente-, quienes brindaron la perspectiva del alumnado en lo que respecta a los tiempos de carrera, el futuro del empleo, el perfil que el mercado de trabajo demanda de los egresados y el papel que juegan los títulos intermedios en el ingreso a la industria, entre otros asuntos.
Eduardo Carrone, director de la carrera de ingeniería en petróleo de la UBA, narró las particularidades de formar profesionales de ese campo en el contexto de la transición energética, mientras que Alejandro Lerza, ingeniero de Chevron, indagó sobre el punto de vista de las empresas en lo que refiere a la automatización de procesos y el perfil ideal que deben tener los trabajadores industriales. “El mercado busca personas que sean ciudadanas digitales en todos los aspectos de su vida, no sólo en el contexto laboral”, valoró. Marcela Groppo, de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), aportó la visión de quienes examina la calidad curricular de las carreras que ofrece el sistema universitario argentino: “Debemos considerar nuevos estándares para que las acreditaciones no se conviertan en un obstáculo que impida que los graduados puedan desempeñarse en funciones que son muy necesarias para la sociedad actual”. En la última ponencia del día, titulada “Nuevas estructuras de capacitación”, hubo espacio para que dos empresarios dieran a conocer sus emprendimientos, ambos dirigidos a brindar soluciones a problemas en el ámbito educativo. Guido Palazzo contó el caso de 3DU, una compañía argentina que capacita sobre impresión 3D en el nivel universitario -una propuesta que incluye no sólo trabajo con los materiales, sino también el cruce de disciplinas: diseño, robótica, servicios, mecánica-, y Paco Lorente (ESIC Business School, España) dio pormenores de su emprendimiento Transformative Learning, que ofrece metodologías de aprendizaje digital para la capacitación de los estudiantes y graduados que ingresan en las empresas. El segundo día del taller comenzó con la ponencia “Industrias 4.0 y sociedad”, moderada por José Luis Solleiro (UNAM, México). En primera instancia, María Elina Estébanez (Centro REDES) indicó que recalibrar la función de las universidades con miras a una mejor adaptación al mundo 4.0 obliga a redefinir agendas de I+D+i, intensificar la interdisciplinariedad, repensar sus roles de extensión y explotar a fondo las posibilidades únicas que la universidad brinda desde su territorialidad.
Luego, Darío Codner (Observatorio M-Health de la Universidad Nacional de Quilmes, Argentina) se explayó sobre los desafíos para la vinculación universitaria en materia de salud digital. “Nuestra meta debería ser averiguar cómo los dispositivos tecnológicos tienen incidencia sobre las campañas de prevención y las políticas sanitarias”, declaró. “Ya tenemos casos concretos en el siglo XXI. Un ejemplo claro es lo que ocurrió durante la pandemia con el rastreo digital de personas con COVID-19. También debemos sumar las iniciativas de la ciencia ciudadana, que promueve el uso de tecnologías para generar información en el plano de la salud, el control de plagas a través de aplicaciones descargables, las prescripciones médicas digitales, las certificaciones vacunatorias, etc.” La hora de las conclusiones El cierre del taller giró alrededor de propuestas de posibles líneas de investigación que podrían alimentar los debates del Foro. Bajo la moderación de Albornoz, Wachenchauzer, Codner y Eduardo Matozo (Parque Tecnológico Litoral Centro, Argentina) intercambiaron miradas sobre aspectos de la vinculación universidad-empresa que ya empiezan a tener lugar en el contexto iberoamericano.
En el plano universitario, opinó Wachenchauzer, se deben sortear las diferencias que todavía existen entre las distintas facultades de las universidades públicas a la hora de discutir acerca de planes de estudios que ayuden a la integración multidisciplinaria: “Hay una gran distancia entre los protocolos de trabajo de facultades de exactas y sociales, por ejemplo. También es vital invitar a participar a los cuerpos estudiantiles, que deben tener voz en este tránsito hacia una nueva formación”. “Incluir a los estudiantes en el debate me parece fundamental”, coincidió Codner. “Las personas de entre 20 y 25 años son nativos de un paradigma que gran parte de los profesores y las autoridades universitarias, pertenecientes a la generación analógica, nunca comprenderán del todo. Esto llama a revisar aspectos de la enseñanza. ¿Cuántos profesores trabajan a partir de modelos anticuados, que no tienen en cuenta dispositivos ya universales como el celular?” Codner también consideró que se debe especificar de qué tipos de empresas 4.0 se habla a la hora de analizar la vinculación, especialmente en Iberoamérica -entre 80 y 90% de las empresas de nuestra región son pequeñas y medianas- y sugirió posibilitar la instalación de espacios de prototipado en las universidades, zonas experimentales donde estudiantes, profesores, emprendedores y ciudadanos en general puedan reunirse a probar tecnologías que todavía están en etapa de desarrollo. Matozo planteó la necesidad de abrir el enfoque a cuestiones urgentes que dificultan en gran medida la vinculación de la universidad con su entorno: “Antes de hablar de industria 4.0, debemos hablar de la labor y la responsabilidad del Estado en lo que hace a la conectividad, no sólo para que las empresas se enlacen y puedan trabajar en la nube, sino también para resolver urgencias primarias en el orden de la educación y la salud”. El vínculo con el entramado social exige una escucha activa por parte de las universidades. “Ya no se puede pensar en sistemas clásicos de transferencia de conocimiento”, juzgó Matozo. “No podemos ampararnos más en el pasaje unidireccional de los equipos de investigación a las empresas. El ida y vuelta debe ser mucho más rico y flexible, ya que los cambios 4.0 están teniendo lugar en el campo. Debe haber trabajo conjunto e interdisciplinario, con una formación básica rigurosa, que se aleje de preceptos que ya no tienen vigencia.” Sobre este punto, antes de despedir a los participantes del taller, ahondó Albornoz: “Es imperioso abandonar el modelo inmovilista, que estanca a la universidad en una inercia que le impide espejar la velocidad de la industria. El desacople en el ritmo con el que trabajan universidad y empresas es innegable, y esto sólo mejorará en la medida en que la formación de los estudiantes evolucione y el acompañamiento a los graduados se intensifique”.